La RFGF tenía claro que en este nuevo proceso era fundamental asegurar la calidad en la elección del nuevo balón oficial. La zona asiática fue el escenario de una intensa lucha por los dos puestos que daban la clasificación automática; siendo conseguidos por la República Popular China y Arabia Saudita, camiseta fútbol esta última cumpliendo con la condición de favorita del grupo. En la segunda parte el calor de la mañana se convirtió en una espectacular tormenta que no se vivía desde hacía treinta años en la capital. Irán no pudo reeditar el éxito de 1997, y acabó cediendo ante la República de Irlanda en la eliminatoria de repesca.