En el partido frente a los germanos, el más importante de la historia del país hasta la fecha, consiguieron plantar cara a los vigentes subcampeones de Europa y consiguieron empatar el partido a un gol gracias al tanto de Davor Šuker, pero un gol final de Matthias Sammer eliminaría a los croatas de una competición, que finalmente vencerían los alemanes. En ellas, Rossi se erigiría nuevamente en la figura del partido al anotar los dos goles que darían a Italia el triunfo por 2-0 frente a la selección polaca (sorprendente semifinalista tras eliminar a la selección soviética y a la selección belga), y el pase a la ansiada final.